Ya está aquí el verano y, ya sea por cambio de calzado o caminar por la playa podemos encontrarnos con que nuestros pies no aguantan el ritmo de nuestras vacaciones.
El motivo mas habitual que nos encontraremos será una adaptación del pie a nuestro calzado de verano o a caminar descalzo por la arena (sobrecarga o contracturas/puntos gatillo de los músculos del pie). Habitualmente sandalias o calzado abierto y poco sujeto, con poca suela y ningún apoyo anatómico o plantilla. Quedando toda la estructuración del arco plantar y puente de nuestro pie a cargo de la musculatura intrínseca de este (que recordemos, el resto del año en un calzado cerrado no ha tenido que trabajar apenas). Este nuevo requerimiento funcional a una musculatura débil nos podrá acarrear dolores por toda la planta del pie.
En estos casos poco a poco (una o dos semanas) deberían remitir. Pudiendo recurrir a ejercicios de automasaje con una pelota dura contra el suelo o manuales con un poco de crema y estiramientos suaves (con el objetivo de relajar).
Si el dolor que aparece es recurrentemente en el apoyo posterior o talón del pie deberemos valorar si se trata de una fascitis plantar (inflamación de dicha estructura en su inserción en el hueso calcáneo) o un espolón calcáneo (calcificación de la inserción de la fascia plantar). El dolor se presentara siempre al inicio de la marcha o al levantarse por la mañana.
Si este fuese el caso persistirá pasada la semana y más tiempo de no tener tratamiento pudiendo ir a peor, llegando a la formación del espolón calcáneo.
Podremos realizar automasajes esta vez con una botella de agua fría o congelada rodándola adelante y atrás. Esto podrá aliviar el dolor pero es poco probable que se resuelva por sí solo.
En último lugar encontramos el dolor en la base de los dedos. La metatarsalgia también es bastante habitual, sobre todo en mujeres. Los zapatos de tacón nos harán descargar el peso sobre la zona y acabara por inflamarse.
Si se trata de una inflamación del tejido por una mala distribución del peso (tacones) un descanso de este calzado y un masaje suave ayudará a aliviarlo. Si resulta que es un problema que ya acarreamos hace años de forma mas o menos intermitente debemos valorar si hay un desgaste del cartílago articular o un principio de artrosis.
Cuando el dolor aparece siempre que pasamos largos periodos de pie o andando (y habiendo descartado las anteriores) podemos estar ante un neuroma de Morton. Una inflamación de un nervio que llega entre los huesos del pie hasta el principio de los dedos, frecuentemente entre el 3º y el 4º dedo, también en la planta.
Para evitar en medida de lo posible irritar y empeorar el dolor deberemos usar calzado de horma ancha y que no apriete. Las automovilizacione y masajes así como el uso de la botella de agua fría pueden calmarlo, pero será imprescindible su tratamiento.
Si este verano empiezas a notar molestias en tus pies consulta cuanto antes con tu médico o fisioterapeuta de confianza. En todos los casos mencionados la fisioterapia te ayudará a resolverlo de forma rápida y segura mediante técnicas específicas de tratamiento manual, invasivo o aparatos (TENS, US) de rehabilitación.
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